Friday, May 19, 2006


¿Capítulo 16?

Como todos: Hay cosas que no le cuento ni a la almohada.

Porque sí, ella me pidió que le ayudara a estudiar. Absolutamente porque sí. Yo respondí afirmativamente y me puse tiritón cuando le pedí su número. A las diez entonces, me dijo. A las diez en la conserjería de tu edificio, cerré el trato. Las cartas estaban tiradas. Creo que eso se lo había contado a mi almohada. Me bañé, me puse harto Axe Marine, me armé con una caja de LifeStyles Ultra-Ribbed y salí. Ella me estaba esperando y yo sentía como el rojo me inundaba la cara.

- Antes de estudiar ¿algo para comer?
- Mmmmm... Bueno (A todo le buscaba un doble sentido)
- Podríamos pedir unas pizzas... llegan en 30 minutos, si no: gratis...
- Me gusta la idea. También compremos algo para tomar.
- Yo tengo pisco y un Ron Bacardi...

No creo que exista alguien que pueda negarme que cuando hay alcohol de por medio la temperatura del cuerpo sube varios pares de grados. Onda Hot. Dos Ron y a la Papa, vendría siendo la cosa.

Atraídos

Otra cosa que me pone Hot, son los ascensores. Ella vive en el piso dieciocho y el elevador estaba cubierto de espejos, como un motel que te revuelve el estómago. Había espacio, pero –por alguna razón- estábamos conversando muy de cerca. Nos miramos y se abrieron las puertas. En ese momento soñé con que el viaje era tan interminable como el que se hace para llegar al mirador del Empire State. Su departamento es pequeño y desordenado, pero me gusta. Ella marca los siete números de la pizzería y yo ya tengo servida la primera ronda de ron-colas. Me cuenta que está cansada por el trabajo y el estudio, y yo le digo que tiene que empezar a relajarse un poco, porque nadie aguanta un ritmo así. Por alguna razón, todavía estamos mirándonos de cerca y, por primera vez, es ella quién se pone nerviosa. Javiera hace un movimiento brusco y pone el Anoche de los Babasónicos. Yo la adelanto hasta el Track 7 (“Puesto”: ...qué barbaridad haber tenido que esperar para vernos de tan cerca...). Otra vez, atraídos, quedamos mirándonos (cómplices) un poco más apegados que antes. Ambos bebemos el último sorbo de nuestro trago y no nos dejamos de descubrir las pupilas. Como si los ojos hablaran, como si los ojos pudieran hacer el amor. Nuestros vasos caen en la mesa al mismo tiempo y los segundos pasan en cámara lenta. Como si yo estuviera viendo la escena desde afuera. La tomo de la cintura firme y suave, le veo los ojos por última vez... ella mira mis labios y me doy cuenta que ese es un sí irrefutable. Siento que su boca tibia se junta con la mía y pareciera que fuéramos uno. Nos besamos como si quisiéramos rompernos los labios, como si fueran los últimos besos, como despedida. Nos separamos hasta quedar nariz con nariz y nos reímos en voz baja, como cuando los niños hacen una travesura. Mis manos abrazan su cintura impecable y –casi naturalmente- ella está sobre su cocina americana con las piernas abiertas y yo entremedio buscándola. Sus brazos rodean mi cuello. Mis manos en sus muslos y... suena el citófono.

- ¿Sí?, responde ella (...) Bueno, dígale que suba.
- Fueron 27 minutos, casi gratis. – Dije casi sarcástico.

Ella se arregla un poco. “Germana con Doble Queso”. Pago. Doy una propina de luca.

Babasónicos sigue en el ambiente (mucho tiene que ver). Track 12 “Exámenes”: “Yo no rindo exámenes de conciencia, siempre supe de qué estábamos hablando, no juegues así conmigo que soy simple (...) luces tan atractiva hoy. En el peor de los casos, nena, sólo quiero acostarme con vos..”.

Tuesday, May 09, 2006

Éxtasis
(Segunda Parte)

-O sea, tú sabes. Entiendes cómo está mi vida. ¿Te vas caminando a tu casa? Qué bueno. Vámonos juntos entonces, así te aprovecho de contar lo que me pasó el fin de semana. Resulta que, claro, este güeon, el Claudio... ¿Te conté que se había perdido, cierto? Ah, verdad, si me acuerdo. Bueno, la cuestión es que el güeón apareció, andaba en la playa... tra-ba-jan-do, eso me dijo, es muy care raja, ¿no crees? Bueno, entonces llegó, como si nada, te digo altiro: como si nada hubiera pasado, y eso que se desapareció por una semana. ¡Una semana me tuvo con el alma en un hilo! ¡una semana! No me contestó su celular, mis amigos lo llamaban, y nada. Bueno, la cuestión es que este güeón llegó a mi departamento, y lo primero que hizo fue decirme: “¡No has comprado nada nuevo en estos días!”. ¡¿Qué se habrá creído este güeón?! Él se debe imaginar que yo soy puta, y que gano tres millones de pesos al mes, porque eso ganan las putas... digo, como para amononar mi casa todas las semanas. Yo no gano eso, con quinientas lucas al mes me las tengo que arreglar. Bueno, te sigo contando... ¿vámonos por acá? La cuestión es que puedo tener cara de tonta, pero te aseguro que no lo soy. O sea, tengo claro que me están agarrando pal güeveo, y yo no estoy para eso. Bueno, sí. Tienes razón, estoy enamorada, pero yo no voy a aceptar que se vengan a reír de mí así. Nadie. Absolutamente nadie. Primero que nada: no soy juguetito de ningún güeón y Segundo que nada: ¿una semana desaparecido? ¿trabajando? Adónde la vió, a mí no me agarran pal leseo así... y eso que yo encuentro que es súper difícil darse cuenta que alguien que tú amas te está agarrando para el güeveo. Uno siempre da nuevas oportunidades, y siempre dice que será la última vez ¿te hai dado cuenta de eso? uno siempre da últimas oportunidades, pero las últimas nunca son las últimas, hasta que se termina todo. En el fondo las últimas oportunidades son, en realidad, las penúltimas, y las últimas de verdad, son el fin. ¿Me entiendes? ¿Qué hora es? Ah, buena hora, hoy entro a las tres. La cosa es que me aburrí, y lo mandé a la mierda. Le dije que termináramos, que ya no quería seguir con él. Es que claro, nadie puede continuar una relación así, nadie, ni yo. Él me preguntó si estaba segura de lo que estaba diciendo, yo le dije que sí, que quería estar sola, o por lo menos sin él. Todos mis amigos me dicen que hice lo correcto, en realidad nadie lo quería mucho. Me dicen que yo igual soy bonita, que tengo buen físico y esas cosas... pero no sé, yo creo que debe haber alguien por ahí que esté dispuesta a estar conmigo, a quererme y hacerme sentir querida ¿no crees? Por el momento me siento bien así, aunque igual lo echo de menos, para que te voy a decir que no, si igual lo amo... es que es tan chistoso, me hacía reír tanto, salía con cada huevá. Pero ya no saco nada con ponerme a hablar de él. Era tan chistoso, pero tenía tantas cosas malas también, y yo conocí su lado más malo. Ya Benja, aquí doblo, nos vemos pronto...

- Nos veremos pronto entonces, Javierita. ¿Vas a salir a alguna parte esta noche?
- Mmmm... no. Porque me voy a quedar estudiando para la prueba del martes.
- Ah. Bueno. Nos vemos pronto entonces.
- Chao. Cuídate.

Seguí caminando y llegué a mi casa. Puse Say It Aint So de Weezer en la radio y me quedé mirando el techo de mi pieza.

Thursday, May 04, 2006

Tentempié


Javiera no es una mujer normal, y quizás sea por eso que me llama tanto la atención. La verdad es que no la he visto hace una semana. De hecho nuestra relación se limita a una conversación de veinte minutos. Me dejó marcando ocupado. Incluso la he soñado: ojo, no es poco.

A su amiga gordita le pregunté si había sabido algo de ella. Estábamos en clases y le mandé un papelito:

- ¿Hai sabido algo de tu amiga?
- Hoy no viene, porque carretió toa la noche –me escribió.
- Pucha. Y encontró a su pololo?
- Sí. Pero parece que quiere terminar, la tiene chata.
- Yo opino lo mismo. Tiene que terminar.


Javiera, de que es rara: es rara. Eso me gusta. Me da miedo.